image

Buscando la tumba perdida de Genghis Khan

A pesar de la cantidad de información que existe sobre las campañas militares de Genghis Khan, poco se sabe del paradero de su tumba y de su verdadera personalidad. Para muchos fue un tirano bárbaro y sanguinario. Para otros, un estadista, filósofo y genio militar.De hecho, ambas versiones podrían ser reales. Genghis Khan, cuyo nombre de pila era Temujin, el mejor acero, fue el fundador del primer imperio mongol, el mayor imperio de la historia, que se extendía a lo largo de 34 millones de kilómetros cuadrados. Semejante gesta tuvo un precio: murieron unos millones de personas. Así que Genghis Khan y su ejército fueron, sin duda, sanguinarios. Ahora bien, lejos de ser un bárbaro despiadado, muchos consideran a Temujin un hábil estratega que introdujo la escritura en su pueblo e instauró un código legal.

En 1206 logró que todas las tribus pasasen a denominarse mongoles y adoptó el nombre de Genghis Khan (Señor de los océanos y príncipe universal). Fue entonces cuando dedicó esfuerzos a la educación del pueblo... y a su salud, que confió a sabios chinos. Fueron su fortaleza y su personalidad las que lograron reunir en torno a él a jóvenes y renegados de otros clanes hasta afianzar un cierto poder militar. El rapto de su primera mujer, Borte, por un clan merkita y la guerra para recuperarla es el origen del mito, pero necesitó veinte años de batallas para lograr que las decenas de clanes (yurchen, merkitas, tártaros, iugures...) se uniesen bajo su mando.

image

Cuenta la leyenda que cuarenta doncellas y cuarenta caballos fueron sacrificados y enterrados con el Gran Khan para que le hicieran compañía en el más allá. Luego, la tumba fue pisoteada por más de mil caballos para su compactación. Y para que ningún mongol pudiera contar dónde se encontraba la tumba se mandó a un grupo de guerreros para que degollaran a todos los que habían participado en el entierro. También estos soldados fueron pasados a cuchillo a la vuelta de su misión. Y la tumba desapareció para siempre, convirtiéndose en uno de los objetivos más deseados de la arqueología mundial.

Genghis Khan conquistó y gobernó el mayor imperio de la historia de la humanidad. Sus batallas son tan familiares como desconocida su verdadera personalidad. Pero el gran desafío de historiadores y arqueólogos es encontrar su tumba, un lugar sagrado y secreto donde fue enterrado hace ochocientos años. Las nuevas tecnologías han abierto una nueva posibilidad de hallar este lugar de leyenda.

La investigación

Viajé a Mongolia vía Pekin con el objetivo de localizar la tumba de Genghis Khan. La investigación que debía de llevar a cabo se basaba en el descubrimiento, casi al azar, de la publicación de unas fotografías efectuadas por unos turistas en unas montañas que se alzan en la inmensa estepa próximas a las ruinas de la ciudad imperial de Avraga en la provincia de Hentiy, la primera capital del imperio mongol. En ellas aparecen fotografiados junto a una figura en roca de un águila o halcón que parece perfectamente esculpida.

Este descubrimiento despertó en mi todo el interés,ya que desde hacía tiempo venía reuniendo información y estaba al tanto de las ultimas investigaciones arqueológicas sobre la búsqueda de la tumba del emperador mongol. Sabía la importancia que para el pueblo mongol representan el águila y el halcón. En “La historia secreta de los mongoles” escrita poco después de la muerte de Genghis Khan, se cuenta como la figura de Temujin está íntimamente ligada a la del halcón. Sobrenombre que acompañó siempre al gran emperador mongol. No en vano el símbolo totémico del clan de la familia de Temujin era el halcón.

image

La figura del águila o halcón esculpida en la roca en un lugar aislado y que además fuese practicamente desconocida su existencia por investigadores y solo conocida por algunos guías locales me determinaron a iniciar la investigación.

Antes de iniciar el viaje, había preparado cuidadosamente los pasos a seguir. Previamente contacté con el prestigioso arqueólogo y profesor Khugulbuu Lkhagvasuren fundador y director de la Gengis Khan University, que se mostró muy interesado y se ofreció no solo a ayudarme en todo lo que pudiera sino que me pidió acompañarme, ofrecimiento que acepté de inmediato.

La búsqueda del águila no fue fácil, pues algunos de los guías locales decían o fingían no conocer la figura esculpida en la roca, respondiendo con evasivas. Al final dimos con un guía nacido en la zona que nos dijo que conocía la figura y por lo tanto el lugar donde ésta se hallaba

Conclusiones

Finalmente encontramos una tumba, no exáctamente dónde esperábamos, pero lo que nuestros georadares nos confirmaban es que había túneles y grandes piezas metálicas enterradas. No teníamos los permisos para escavar, pero en breve volveremos...

image