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Los cátaros y los hombres perfectos

Ussat es una localidad perteneciente al departamento del Ariège. Situada en los Pirineos franceses en la orilla del río Ariège que da nombre a todo el departamento francés. Esta localidad termal presenta una orografía particular. Las montañas que forman el valle de Ussat están compuestas por rocas calizas sedimentarias y margosas (conteniendo arcilla), ambas montañas que delimitan el valle, rebosan de grutas. Denominadas también las " grutas de Sabarthés ", del nombre del pueblo Sabart situado a la entrada del valle y que por extensión se denomina a toda la zona del Alto Ariège como la “región del Sabarthés”. Estas cavidades subterráneas han sido visitadas, incluso habitadas por el hombre desde hace más de 10 000 años. Ciertas grutas son fortificadas y entonces son llamadas “spoulgas”. Probablemente fortificadas en los siglos XII y XIII , y sirvieron de refugio a los cátaros después de la caída de Montsegur. Por lo que a todo este complejo montañoso fue llamado la “Montaña Sagrada”.

Existen muchas grutas en el Sabarthés, en los alrededores de Sabart-Tarascón y de las aldeas vecinas de Ornolac- Ussat. Las principales y más conocidas son Lombrives, Ussat, Ornolac o de Belén, Bouan, Fontanet, Ramploques, el Ermitaño...

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Las grutas de Ornolac, de Ussat y de Bouan, junto con la gruta intermedia del Ermitaño, se convirtieron en las llamadas Las Tres Iglesias.Algunas de estas grutas sirvieron de lugar de iniciación. Iniciación larga, severa y dura para los sacerdotes Cátaros llamados “Puros, Perfectos, Bonshommes". Centenas de símbolos, nombres, fechas...

Como es sabido, los cátaros nunca dispusieron de iglesias o de recintos religiosos específicos, por lo que, en ocasiones, a estas cuevas se las ha calificado de “iglesias cátaras”. De entre todas estas grutas una de ellas centró nuestra investigación. Sabíamos de una gruta que contiene un significado especial.

La investigación

La grutas más importantes han sido objeto de numerosas investigaciones a lo largo de los años y descritas con minuciosidad revelando los objetos y símbolos encontrados. Hoy en día diversas agencias turísticas incluyen como atractivo la visita a ellas, por lo que no nos interesaban para nuestra propia investigación. Por el contrario la “gruta de la Acacia” si nos parecía muy interesante ya que reunía en sí elementos que nos la hacía atractiva. Situada en un lugar de difícil localización, muy poco visitada y por lo tanto menos o nada alterada y que la denominación sea la de “Acacia” fue determinante.

La Acacia, es un símbolo de inmortalidad debido a la resistencia de su madera como a la planta en sí, ya que es muy resistente a enfermedades y plagas. Ya era uno de los árboles mejor conocidos del Antiguo Egipto, donde constituía un emblema solar que se consagraba al dios de la Luz y de la cual se hacía uso en los sacrificios que se le hacían.

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La Acacia crece también en el Sinaí y en Palestina, especialmente en la zona del Jordán, y el pueblo hebreo la utilizó en forma especial para la construcción de sus objetos religiosos, como bien lo documentan los textos bíblicos, y su madera era considerada sagrada, quizá influencia de los egipcios; de ella se construyeron el Tabernáculo, el Arca de la Alianza y la mesa de los panes de proposición o Mesa de Salomón entre otros.

Así que nuestro objetivo fue el de localizar esta cueva. Tras una intensísima búsqueda en los Montes de Ussat donde estuvimos explorando otras grutas encontramos por fin la Cueva de la Acacia. La cueva es prácticamente invisible desde el valle ya que existe una espesa vegetación que dificulta además el acceso. Las indicaciones del texto de Gadal coincidían. El primer indicador de su ubicación fueron un grupo de acacias que sobresalen del resto de especies vegetales y que efectivamente se encuentran junto a la gruta. Al acceder a ella vimos que en la misma entrada crece una solitaria Acacia que destaca por su tamaño y grosor del resto y donde su tronco y raíces se hunden ya en el interior de la cavidad. La exploración de la gruta nos reveló su interesante simbología.

La figura principal pertenece a un triángulo que simboliza el número tres, y la unidad entre el cielo y la tierra. También representa la base de la geometría y de la sección áurea, o proporción divina. Este a su vez se posa sobre un cáliz que tiene grabado la letra "M"... ¿De María Magdalena? El triángulo con la punta hacia abajo simboliza la mujer y la matriz. Con lo que puede tomar aún más fuerza la teoría sobre María Magdalena.

Conclusiones

Sobre este triángulo, aparece un horizonte curvo, la referencia a la derecha representa dos picos, uno mayor y otro menor, en el ocaso, dónde el sol y la luna buscan su reposo. A partir de este punto se empiezan a contar hacia la izquierda tres flechas, luego otras cuatro flechas, ¿Estaríamos hablando de leguas? Lieue, la medida popular en Francia para las distancias en la época medieval. Y encontramos un pequeño detalle: bajo la sexta y séptima legua, una cavidad.

Pero para comenzar, se tiene que tomar un punto de referencia para ver correctamente todos estos puntos. Para ello volvemos al triángulo, aparece una especie de mesa, con cinco patas cada una con una medida distinta, sobre ella, unas ondas con puntos, en total siete. Sobre estos de nuevo dos símbolos que asemejan alguna especie de arbusto.

Hemos localizado tres puntos que podrían tener estas características, pero todavía estamos en el proceso de análisis y valoración.

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